lunes, 23 de enero de 2017

Visión personal de la Nécora y otros mariscos

Estemos de acuerdo o no está claro que habitualmente se suele hablar de un antes y un después del desastre y fracaso que supuso la operación Mago, posteriormente rebautizada como Nécora. El actor mediático de ese circo achacó posteriormente el fracaso del resultado, entre otras cosas, a lagunas legales. El único aspecto positivo fue la obtención de información sobre las organizaciones, su estructura y funcionamiento.

El Juzgado Central de Instrucción Número 5 aunó las investigaciones que se llevaban en distintos Juzgados y asumió las competencias sobre las mismas, pues en aquel entonces la Audiencia Nacional monopolizaba las causas contra el narcotráfico, lo que se vio posteriormente que era muy contraproducente y no resultaba operativo.

Poco o muy poco se ha hablado sobre la gran labor desarrollada por otros jueces, pues llegó un momento en España que parecía que únicamente existía ese juzgado. El objetivo último de las investigaciones es conseguir la condena de los acusados, estadística en la que el director de esa orquesta no puede salir nada airoso.

Se introdujo en la esfera judicial la figura del confidente, algo reservado hasta ese momento a los Cuerpos de Seguridad, quienes bajo supervisión judicial solían encauzar las investigaciones y proteger la identidad del informador. Pero en este caso fue distinto: pasaban por el juzgado los más débiles de las organizaciones y, se supone que bajo coacciones encubiertas bajo una apariencia de legalidad, se obtenían declaraciones cercanas al género literario y que llegaron a días de duración, y de las que, como es de suponer, salían además de estigmatizados, amenazados de muerte por las organizaciones, acabando finalmente siendo víctimas (caso Baúlo). No olvidemos que los jueces investigan a través de la policía judicial y cuerpos de seguridad, pues en caso contrario serían policías, no magistrados. Sólo bastaba posteriormente hacer una selección adecuada al fin perseguido y con las personas que interesaba procesar, dejando a un lado la máxima de cualquier investigador: ir de la prueba a la detención, nunca actuar al contrario.

Un verdadero juez instructor normalmente trabaja silenciosamente, en la sombra. Es el director de una gran orquesta. No debe ser una estrella de cine, o al menos así pienso yo. Viajes en helicóptero, despliegues cercanos a las películas americanas... Resultado, mucho ruido y pocas nueces.

Y todo ello sin contar con un verdadero programa de protección de testigos. La protección consistió en que apareciesen en todos los medios. La única red que fue resistiendo al acoso mediático fue el clan de los Charlines, quienes pasaron a ser objetivo prioritario y sin embargo encajaban bastante bien las embestidas legales. La operación, a grandes rasgos, se dividió en tres fases:

-En la primera no se aprehendió droga, pero se detuvo a narcos históricos, como Laureano Oubiña, José Manuel Paz Carballo, José Manuel Padín Gestoso y Manuel Charlín Pomares. En Madrid fue detenido el empresario Celso Barreiros y Carlos Goyanes.

-En la segunda fase, la policía intervino una autocaravana con 500 kilos de cocaína. Fueron capturados los jefes para Europa del cartel de Bogotá Antonio Cebollero Campos, Alberto Varas y Alfredo Cordero, así como Manuel Charlín Gama, el capo gallego del clan de los Charlines.

-En la tercera fase, denominada policialmente Operación Job, se incautaron 1.500 kilos de cocaína en una furgoneta en Madrid y fueron procesados el colombiano Juan Carlos Marales y José Rey Vila.

Ricardo Portabales
El caso de Ricardo Portabales ocurrió hace ya más de 20 años, primer "testigo protegido" de la historia judicial española, quien no se cansa de repetir en las entrevistas que la operación fue un auténtico engaño y la mayor mentira creada en la historia judicial española. Al único que recalca que nunca citó en sus declaraciones es a Manuel Charlín, el patriarca del clan, lo que puede dar una idea del terror que puede provocar este apellido.

Nadie niega que las personas procesadas estuvieran implicadas en las actividades que se les imputaba, pero la realidad es que basar la investigación principalmente en los relatos de "arrepentidos", complementándolo posteriormente con las intervenciones telefónicas que no dieron los resultados esperados y fueron anuladas por sus defectos de forma; pues nos da una idea de los recursos y medios malgastados. A esto se une la prohibición que realizó en su día el Instructor a los Colegios de Abogados de realizar las asistencias en turno de oficio cuando no convenían los letrados correspondientes, y olvidar principios fundamentales del derecho como la territorialidad, prescripción, y otras muchas a las que ya estamos acostumbrados. El reclamar los sumarios que estaban repartidos por diferentes juzgados y en los que aparecían encartadas las personas que le iban relatando intentó dar unos cimientos al castillo de naipes construido.

La condena por delito fiscal de Laureano Oubiña no fue en realidad la única, y varios encausados se repartieron condenas de mayor o menor duración que, tras ser recurridas reiteradamente quedaron en nada. La ejecución de los embargos han resultado casi impracticables y tras muchos años de esfuerzo se han conseguido. El resumen fue el salto a la fama del joven juez por aquel entonces, la publicación de un libro con su lógica repercusión dineraria, un sinfín de literatura y la subida a los altares de sus causas.

(Diario El País, 29-09-1994)
El gasto del macrojuicio
Sólo los gastos generados por el acondicionamiento y utilización del pabellón de la Casa de Campo donde se celebró el juicio ascendieron a 86.838.543 pesetas, según la Dirección General de Relaciones con la Administración de Justicia, cuyo titular era Fernando Escribano. De esa cantidad, la mayor partida, 44 millones de pesetas, se la llevaron las obras de adaptación de un pabellón de la Casa de Campo que sirviera para acoger al medio centenar de acusados y sus respectivos abogados, además del tribunal, las acusaciones y el personal judicial y de seguridad. El alquiler del pabellón, desde el 12 de julio de 1993 ascendió a 26 millones. Otros 15 millones costaron el detector de metales, las fotocopiadoras, las máquinas de escribir y el mobiliario. En gastos extraordinarios de personal, debido a la prolongación de jornada por la sesiones de tarde, comidas, y personal de refuerzo a la Sección Tercera Penal de la Audiencia Nacional, se gastaron otros 5,1 millones. La limpieza, asistencia, técnica, megafonía, transcripción de las escuchas telefónicas y consumo de energía arrojaron un saldo de 24 millones más. José María Collado, subdirector general de Relaciones con la Justicia, explicó que faltaban por cuantificar las indemnizaciones a peritos y testigos, aunque ése era un capítulo menor. Dentro de esos costes no estaban incluidos el despliegue policial de seguridad -alrededor de medio centenar de agentes, ocasionalmente con perros y caballos, ni los traslados de los presos a cargo de Instituciones Penitenciarias.

Los investigados
La Fiscalía Especial para la Prevención y Represión del Tráfico Ilegal de Drogas solicitó el procesamiento de:

-Pablo Escobar Gaviria, colombiano, que fue jefe del Cartel de Medellín, que se encontraba en rebeldía y fue abatido por la policía en Colombia en 1993.


-Gustavo Gaviria Rivero, colombiano, fallecido durante el proceso y familiar del anterior.

-Fabio Ochoa Vázquez, colombiano, del Cartel de Medellín, en prisión en EE.UU. cumpliendo condena de 30 años desde el año 2003.

-Juan Ramón Matta Ballesteros, hondureño, que vivió durante algún tiempo en La Coruña en un piso del Orzán, por donde solía pasear y que cumple cadena perpetura en una prisión de alta seguridad en EE.UU. En esta ciudad tomó contacto con influyentes personajes de la vida pública y empresarial. Su círculo de amistades coruñesas está ampliamente reflejado en el libro "La Conexión Gallega", del escritor y periodista Perfecto Conde.


-Miguel Ángel Félix Gallardo, alias El Padrino, mejicano jefe del antiguo Cartel de Guadalajara, actualmente cumpliendo condena en una prisión de alta seguridad en Méjico.

-Laureano Oubiña Piñeiro, de Cambados (Pontevedra), que resultó condenado por delito fiscal y actualmente se encuentra en prisión cumpliendo condena por tráfico de drogas. Es divorciado de su primera mujer y viudo de la segunda. Llegó a tener en funcionamiento una página web propia, el enlace actualmente no funciona. Evidentemente no la redactaba él, dudo sepa más que sumar, leer y escribir. Pero le ha funcionado, desde luego.

-Esther Lago García, segunda esposa del anterior, fallecida en el año 2001 en un accidente de tráfico en Cambados y que fue condenada por delito fiscal. Era considarada por algunos verdadero cerebro de la organización de su marido.


-José Ramón Prado Bugallo, de Cambados (Pontevedra), que actualmente se encuentra en prisión cumpliendo condena por tráfico de drogas. Hace años circuló la noticia de que tenía una enfermedad terminal, cirrosis o cáncer de hígado, pero lo cierto es que está perfectamente y detenido en varias ocasiones por narcotráfico.

-Daniel Carballo Conde, alias Danielito, ex-lugarteniene de Sito MIñanco y que fue asesinado en 1993 en el pub Museo de Vilagarcía de Arousa (Pontevedra) por Antonio Chantada, alias Tucho Ferreiro; y que tras asesinar al propietario de una pizzería de Cambados, también relacionado con el narcotráfico, se suicidó.

-Vicente Otero Pérez, alias Terito, patriarca del contrabando en Galicia y miembro del Partido Popular. Al final se demostró que su detención se debió a un error, pero fue condenado por otras causas. Falleció hace años.

-Manuel López Bugallo, Sito Bugallo y Bugui, ya fallecido.

-Carlos Goyanes Perojo, que fue ingresado en prisión.

-Celso Barreiros Rodríguez, empesario e ingeniero, que falleció en el año 2004 en Madrid. Finalmente resultó absuelto de todos los cargos.

-José Manuel Padín Gestoso, Manolo de Corbillón y Manolo el Catalán, condenado en otros procesos por tráfico de drogas.

-José Paz Carballo, Estudiante, condenado en otros procedimientos.


-Albino Paz Diz, que fue ingresado en prisión y posteriormente puesto en libertad.

-Francisco Javier Martínez San Millán, Franki, actualmente en prisión por delitos de narcotráfico.

-Ramiro Sancho Casas, de Pontevedra, antiguo propietario de un concesionario de vehículos y fue condenado por tráfico de drogas.

-Narciso Fernández Hermida, O Parido, de Cambados (Pontevedra) condenado por otras causas y propietario de la cafetería Capri en la localidad de Corbillón, local que fue objeto de un atentado por parte del Exército Guerrilheiro en una campaña contra el narcotráfico.

-Ramón Longa Vidal, Chito de Carril, condenado en otros procesos por narcotráfico.

-José María Longa Vidal, hermano del anterior.

-Álvaro Rodríguez Franco, de Cee (La Coruña), condenado en otros procesos por narcotráfico, propietario de una carpintería de aluminios en Cee.

-Delmiro Rey Castro, Miro, propietario de varios locales en Cambados (Pontevedra)

-Ramón Javier Lorenzo Viñas, que fue puesto en libertad bajo fianza.

-Manuel Charlín Pomares, del clan de los Charlines, condenado por otras causas.

-Ricardo Portabales Rodríguez, que fue puesto en libertad supuestamente a cambio de las declaraciones prestadas, y posteriormente condenado.

-José Luis Viñas Morgade, condenado en el juicio.

-Daniel Barreiros Garbín, que también resultó condenado en el juicio.

-Eulogio Rodríguez Refojos, condenado.

-Antonius Adrianus Van der Tang

-Joaquín Montañés Porto

-Concepción García Rodríguez

-Juan Carlos Marales

Estas 25 personas estaban incluidas en el sumario 13/90 desde la primera fase de la operación Mago. Otras 17 personas fueron incluidas tras la segunda fase, en la que se aprehendieron 500 kilogramos de cocaína:

-Jorge Gabriel Outón Caamaño, del clan de los Charlines y que fue ingresado en prisión.

-María Carmen Esperón Carballa, puesta posteriormente en libertad.

-Luciano Núñez Villanueva, Chano y Lucky Luciano el americano, de Vilanova de Arousa (Pontevedra), condenado por narcotráfico.

-Manuel Charlín Gama, jefe del clan de los Charlines.

-Alfredo Cordero González, Engarellas, condenado por narcotráfico.

-José Rey Vila.

-Eulogio Romero Betanzos, Lojito y Gadafi, condenado por narcotráfico.

-Benito Alfredo Otero Núñez, del clan de los Alvaritos, condenado por narcotráfico.

-Alvaro Fernández Rodríguez, el Cojo, condenado por narcotráfico.

-Ramón Antonio Cores Caldelas, asesinado en 1998 en Caldas de Reis (Pontevedra), y condenado por narcotráfico.

-Antonio Cebollero Campos, representante del Cártel de Bogotá en España y condenado por narcotráfico en otras causas.

-Alberto Vargas Vera, colombiano, condenado por narcotráfico.

-Hernando Gómez Ayala, colombiano, condenado por narcotráfico y otros delitos.

-George Deininger, de origen alemán.

-Carlos González Padín.

-Antonio González Padín.

-WaelIbrahim Abdelkader el Khalout

-Manuel Abal Feijoo

-Benito Rey Ambros

-José Manuel López Fontán

Los últimos siete procesados estaban incursos en el sumario 24/90 de la misma Audiencia Nacional, que incluía como arrepentido a Manuel Fernández Padín, y que quedó incorporado al 13/90:

-Melchor Charlín Pomares, Crápula, del clan de los Charlines.

-Francisco Omil Nazara, de Ponteareas (Pontevedra), condenado en otros procesos por narcotráfico.

-Víctor Saborido Aragunde, que fue ingresado en prisión.

-José Luis Abal Agra, Muxe, de Cambados (Pontevedra), condenado en otras causas por narcotráfico.

-Baltasar Vilar Durán, Saro, natural de Cambados y vecino de Vilanova de Arousa, condenado en otras causas por narcotráfico.

-Alberto Teijelo Treviño

-Manuel Fernández Padín, que fue puesto en libertad tras las declaraciones que prestó ante el juez instructor.

LA NÉCORA EN LA PRENSA

La Vanguardia

Hay una corriente de opinión desde hace unos años que quiere hacer creer a la sociedad que en Galicia no existe crimen organizado, estructuras mafiosas o similares aparatos delincuenciales, y que las asociaciones de delincuentes que existían están derrotadas. Por un lado es comprensible, pues es normal que se quieran minimizar los miedos de los ciudadanos y crezca su confianza en las instituciones. Yo pienso que la realidad es otra, pues estoy totalmente convencido de la existencia de importantísimas mafias y organizaciones en todas las provincias gallegas que han adelantado hace ya muchos años a la justicia y a las fuerzas de seguridad.

Hay que pararse a pensar en el modo de ser de los gallegos, muy similares en algún aspecto a los italianos que vemos en las películas. El arraigo de la tradición, el amor por la tierra y las estructuras familiares continúan intactas tras muchos años. El gallego ha sido siempre una persona trabajadora pero egoísta. El trabajo no lo hace por un bien común, para desarrollarse y avanzar, si no por avaricia. Y el trabajo casi siempre lo ha llevado a cabo en el extranjero, amasando pequeñas fortunas que eran invertidas en el terruño y en las inacabadas viviendas que salpican todo el rural de Galicia de color ladrillo. El problema comenzó a ser serio cuando la emigración se acabó, y se comprobó que los ahorros de los abuelos no daban para más. Acostumbrados como estábamos a vivir en un estatus muy superior al real, la caída se ha llevado muy mal. Pueden cambiar los métodos, los modos de entrada, los itinerarios, pero el problema persiste.

Fotografías de algunos de los implicados pertenecientes a cárteles de la droga:

Pablo Escobar Gaviria (fallecido)
Fabio Ochoa  Vázquez
Gustavo Gaviria Rivero
Miguel Ángel Félix Gallardo
Juan Ramón Matta Ballesteros


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