PROSTITUCIÓN

Definido como el oficio más antiguo del mundo la prostitución es una opción personal que ha de tomarse en libertad, pues cualquier injerencia en esa decisión y la coacción o amenaza para mantenerse o ejercer la misma, marcan los límites del delito.

El negocio del sexo es libre y legal en España, siempre que la persona que ejerce esta actividad no lo haga de forma forzada o sea menor de edad, además de otra serie de condiciones que marca la Ley. Esto no justifica su existencia, pues como digo, es algo personal que incide directamente en la más íntima sexualidad que elige cada uno, pero los poderes públicos han de intentar eliminar las situaciones de marginalidad, explotación y otra serie de circunstancias que hacen que a día de hoy, haya sido y sea una profesión repudiada socialmente, pues la generalidad entiende que debería ser el último recurso al que tienen que recurrir las personas en una sociedad avanzada. Pero siempre hay una doble moral en este sentido. 


El Estado
El Estado español mantiene históricamente un silencio sepulcral al respecto, a pesar de que es un negocio que directamente en las calles, clubes y actualmente internet mueve ingentes cantidades de dinero escapando al control del fisco. Está claro que la prostitución no puede ser eliminada, pero sí regulada y fiscalizada por el Estado para así intentar proteger de alguna manera a las víctimas de esta condición social. Es aislamiento de este colectivo, tanto sanitario como fiscal y de todo tipo es total.

Por ello abogan distintas asociaciones de empresarios de locales de alterne, petición que disfrazan con diversas formas legales. Una reunión de vulgares proxenetas o chulos de putas, que aunque intentan aparentar ser verdaderas ONG's por las exposiciones públicas que realizan sus portavoces, lo único que persiguen es continuar lucrándose de la explotación sexual de hombres y mujeres, pero guardándose las espaldas legal y fiscalmente.
Alguna formación política ha estudiado seriamente el tema, ha mantenido reuniones y realizado tímidas propustas, pero de momento nadie da el primer paso.

Dejar en manos de los colectivos de proxenetas valoraciones en cuanto a la regulación,  contrataciones laborales y tratamiento fiscal sería un grave error, pues les proporcionaría otra arma más para mantener esclavizadas y coaccionar a las trabajadoras y, desde luego, beneficiaría a las mafias dedicadas a la trata de mujeres. Lo que está claro es que para evitar la exclusión social y futuros costes sanitarios o de otra índole de este sector de riesgo habría que regular su estatus. Y eso es algo que ya han abordado en otros países de nuestro entorno.

La relación con las drogas
Por otro lado, nadie puede negar que especialmente en los locales de alterne, prostíbulos y todo tipo de lugares donde se comercia con sexo, se consume y/o trafica con drogas. Tanto parte de los trabajadores como de los clientes hacen uso habitual de este tipo de sustancias. Las chicas y chicos que alternan lo hacen para poder aguantar el ritmo del consumo de alcohol, el desgaste físico y mental. Los clientes, al igual que en el resto de establecimientos hosteleros, lo hacen de forma lúdica. Dependiendo de la cantidad que se lleve escondida en el bolsillo o en el coche, se tendrá acceso a un enamoramiento repentino de la chica o chico de turno.

El sexo como adicción
En todo el mundo parte de la población masculina hace uso de la prostitución: miembros de la iglesia, jueces, fiscales y abogados, clase política, mandos y escalas de base de los cuerpos de seguridad, militares, ingenieros, médicos y obreros; anónimos de todo tipo: jóvenes, viejos, casados, solteros, viudos... No es ningún secreto, y el que lo niegue falta a la verdad. Pero tampoco quiere decir que sea algo normal o general, pues estamos hablando de una parte de la sociedad. El problema es salir a la luz pública, pues suele ser de forma ruidosa, sobre todo mediáticamente. A fin de cuentas nadie puede ser condenado legalmente por "ir de putas". En todo caso tendrá problemas en su matrimonio, podrá ser reprobado moralmente, pero nada más.

En nuestro país existen muchísimos establecimientos, además de los pisos particulares y prostitución callejera, consentida de una forma o de otra. En alguna parte de Cataluña incluso se ha normalizado o institucionalizado su existencia. En algunos casos se genera una dependencia al uso de la prostitución, lo que acarrea problemas familiares, económicos y de todo tipo.La adicción al sexo cursa de forma muy similar a como lo hace el resto de adicciones.La persona que presenta este problema es adicto a los cambios neuroquímicos que provocan las relaciones sexuales y la excitación de la planificación. Por ello, busca eliminar este síndrome de abstinencia recurriendo de nuevo a este tipo de conductas.

Aunque no podemos hablar de un perfil claro del adicto al sexo, sí es cierto que la mayoría de sexo-adictos son hombres, con una edad comprendida entre los 20 y los 40. No es frecuente hablar de estos problemas, ya que, al tabú de hablar de sexo se une la vergüenza de los comportamientos buscados para obtenerlo. El límite entre lo sano y lo insano esta en aquello que empieza a interferir en la vida de la persona, creciendo la ansiedad y la culpa y causando malestar. Es decir lo insano psicológicamente no es que recurras al sexo fuera de casa, sino que dependas de él.

En algunos casos se dan problemas previos o simultáneos relacionados con el uso de sustancias (alcohol y cocaína)

Casos famosos
En Lugo se destapó una de las tramas de prostitución y explotación sexual más importantes de los últimos años, y que contaba con la protección y colaboración de agentes de los Cuerpos de Seguridad. La operación Carioca descubrió algo que ahora todo el mundo dice saber de hace tiempo, y que de hecho está salpicando a personas y mandos de la Guardia Civil y Cuerpo Nacional de Policía. Esta trama no es más que la punta del iceberg, aunque asusta la ausencia de operativos policiales al respecto. Existen locales en los que hace años en los que no se realiza una simple inspección documental, o en los que nunca o solamente en las ocasiones en las que se producen altercados, es inexistente el control policial. Algo que en los antiguos manuales de cualquier policía exigía obligado cumplimiento, al considerar colectivos especialmente delicados por su proximidad a la delincuencia. Tampoco nadie puede negar que este tipo de locales es frecuentado por personas honradas y totalmente corrientes, pero también por integrantes de grupos delictivos, utilizados para sus reuniones, sus celebraciones, en ocasiones sus intercambios de drogas, armas, etc. Pero esto está claro que en la actualidad se ve como algo anticuado. Es mejor actuar como con las zonas chabolistas de las ciudades. Dejamos el colectivo apartado, marginado, y así creemos que se trata de algo controlable.

La literatura
Mucho se ha escrito y se escribirá sobre la prostitución, pero para mí hay dos títulos importantes, que aunque tengan sus lagunas, son referentes modernos en este tema: "El año que trafiqué con mujeres", de Antonio Salas; y "Los amos de la prostitución en España", de Joan Cantarero. Escritos en clave periodística, hacen un fiel reflejo de los personajes vinculados a este mundo. Alguno de ellos se puede encontrar colgado en internet como favor personal a su autor, y con la frase "no lo compréis, que se joda el autor". Eso quiere decir que hace daño lo que se escribe.

El llamarles macarras o chulos de putas es algo que ofende a este colectivo de "señores empresarios", y que les anima a mostrar una actitud agresiva contra todo lo que se publica o escribe sobre ellos mediante querellas, denuncias y comunicados varios que les redactan los abogados que les rodean. Los letrados acaban sacando una buena tajada económica, al igual que los médicos, ATS y clínicas que trabajan cobrando a las chicas por reconocimientos médicos y análisis, las empresas de productos de limpieza, lavanderías, hoteles, taxistas, vigilantes de seguridad o vulgares matones, y un largo etcétera que nunca irá en contra de ellos.

ANELA, la asociación de los macarras
A finales de febrero del año 2001 se presentó en Madrid a los medios informativos la Asociación de Empresarios de Locales de Alterne, ANELA, que según sus fundadores serviría para dignificar el ejercicio de la prostitución, convertirla en una actividad noble. Muchos de ellos se vieron posteriormente involucrados y detenidos en distintas operaciones policiales, como solución de continuidad a su dilatada carrera.

El diccionario de la Real Academia Española define como:
-Proxeneta, el que obtiene beneficios económicos de la prostitución de otra persona.
-Macarra, además de achulado, agresivo, vulgar o de mal gusto, el hombre que trafica con mujeres públicas.
Los sinónimos son rufián y chulo (de putas). No sé el motivo de ofenderse por dirigirse a ellos con estos términos, cuando les definen a la perfección.

La asociación tiene una página web y entre las curiosidades se encuentran, por ejemplo, el que en el año 2002 otorgaron un premio a la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil. La pena es que ninguno de sus mandos se dignó en ir a recogerlo, pero habría que ver los méritos conseguidos para ser acreedor a tan grande honor y consideración. Y los macarras también se querellaron contra la asociación Alecrin por criticar este premio. En fin...
Cualquier prostíbulo o club de carretera que se precie debe tener en su haber una placa de la asociación ANELA, que distingue al garito en cuestión por su calidad. Además prestan asesoramiento legal, médico y en resumen un entramado empresarial que intenta cubrir de legalidad el dinero B que siempre ha generado este colectivo.

Han encontrado resquicios legales como constituirse en hoteles, en los que facturan por alojar a las chicas y a las que cobran peluquería, bazar, ropa, sábanas, lavandería, comedor, es decir, una máquina de multiplicar "los dineros".

La parte oculta es que el registro de las personas que están hospedadas, y en la práctica viven en estos complejos, corresponde a los encargados de los locales, con lo cual documentan a quien les da la gana, siendo el control efectivo inexistente. O que la documentación de las residentes se encuentra en muchas ocasiones retenida por una madame (1) de confianza o macarra encargado del control. Y que las mafias continúan actuando en los locales y controlando a sus mujeres bajo tolerancia de sus propietarios. O que sólo alterna y realiza otras actividades en sus locales las personas u organizaciones que ellos quieren.
  
Los delitos
La prostitución aparece ligada al tráfico y consumo de drogas, tal como se indica en un principio; delitos contra la libertad sexual, tráfico de personas, delitos fiscales y de blanqueo de capitales, y un largo etcétera.
Existen organizaciones que surten el “mercado”, miles de inmigrantes ilegales o legales se ven atrapados en los lazos de los proxenetas, y las medidas judiciales o policiales muchas veces son inútiles o llegan tarde.

(1)   Madame, a mi entender, es una puta o ex-puta que ha alcanzado las cotas de confianza necesarias para encargarse de labores determinadas de los locales.

Fuentes:
Fundación Eduardo Punset
http://www.endvawnow.org/

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